Cada flor tiene su aroma y su peculiar color y cada perfume su esencia, que lo caracteriza y lo hace diferente, así también es el hombre que goza de una personalidad única (aquí se hace referencia a ambos sexos) .
En su transitar o paso por este mundo va caminando y va dejando tras sus pasos el aroma de sus obras, sean estas buenas o malas.
El hedor o el olor exquisito del dulsor de su corazón.
Ester Boza
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