Ella era una soprano, 200 eran todos sus amigos en Facebook, ninguno en común.
Como llego a mi lista o como llegue yo a la suya, no se, por mucho tiempo compartimos y me entristeció cuando supe que había fallecido de una forma repentina.
Pero me consoló el pensamiento de saber que de una u otra manera yo le había anunciado el evangelio, y la esperanza que nos volveremos a ver, no en fotografía sino personalmente en el reino de los cielos.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Romanos 1:16
Ester Boza
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